Daniela Chalco
Analizando
la teoría de la ventaja comparativa de David Ricardo (Economista clásico), se
ve como esta fue de gran ayuda en la época en la que el vivió, ya que muchos
países no le veían sentido a que un país tuviera relaciones de comercio
exterior con otro país que era mejor en la producción de bienes; gracias a esta
teoría este gran dilema o problema se solucionó; y se puede evidenciar como
desde esa época hasta la actualidad el uso de esta teoría sigue en pie, para
evidenciar esto un ejemplo claro puede ser:
“Podemos mencionar la
mano de obra de México que ofrece significativos ahorros en comparación a otras
economías como Holanda, Alemania y
Suiza, no dejando de lado la capacidad y competitividad dentro de éste. México
posee un capital humano calificado que puede llegar a compararse con el de
países desarrollados, sin embargo mantiene un costo bajo, lo que ayuda a atraer
inversión extranjera. Por el otro lado, los países anteriormente mencionados,
poseen tecnología avanzada y la exportan a México, de esta manera, podemos
observar que México tiene una ventaja comparativa donde la producción de un
bien o servicio, en este caso la mano de obra, y el costo de oportunidad de
producir ese bien o servicio en términos de otros bienes o servicios es menor
que en otros países, así como México importa tecnología avanzada de Alemania o
Suiza, que tendrían un costo de producción elevado en este país”.1
Como
se puede evidenciar México, posee mano de obra barata y calificada, la cual
como consecuencia hace que las mercancías tengan un bajo costo respecto a otros
bienes que produce otro país desarrollado como lo es Alemania; viendo la
diferencia entre estos dos países se ve como la diferencia económica es
realmente notoria ya que Alemania tiene la capacidad de mejorar su producción
mediante avances científicos-tecnológicos y México no, pero una ventaja de este
último país es que en su capital (Ciudad de México) hay gran demanda de trabajo
por la razón de que esta ciudad es la segunda o tercera más poblada del mundo, como
consecuencia de esta situación, los salarios son bajos y el costo de producción
de mercancías también frente a otros países; se puede analizar que México al
tener poca capacidad de investigación científica y tecnológica, compensa esta
“debilidad” con la gran cantidad de mano de obra que posee, y esto a su vez le
permite tener relaciones de comercio exterior con países “mejores” en la
producción de bienes y servicios; por lo tanto México importara bienes con alto
grado tecnológico y exportara bienes que en comparación a los que producen
otros países, son baratos ya que su costo de producción es bajo, por las
razones anteriormente nombradas.
A
modo de conclusión, se puede observar que la teoría de ventaja comparativa
tiene validez aun en la época actual, a pesar de que muchos contextos han
evolucionado. Esta teoría se basa más que todo en el costo de producción, que
es determinado por muchos factores internos de un país, como se vio en el
ejemplo anterior; “es posible” tener relaciones de comercio exterior con un
país más desarrollado, el discurso de este tipo de negociaciones es convincente
aunque no real, por la razón de que los países menos desarrollados siempre se
verán en desventaja frente a otras países que son potencias económicas,
significativamente mejores en el mercado mundial.
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