Laura Camila Bermudez
Analizando una de las conclusiones escritas por
Mandeville en la fábula de las abejas: "... me congratulo de
haber demostrado que ni las cualidades amistosas ni los efectos simpáticos que
son naturales en el hombre, ni las virtudes reales que sea capaces de adquirir
por la razón y la abnegación, son los cimientos de la sociedad, sino que, por
el contrario, lo que llamamos mal de este mundo, sea moral o natural es el gran
principio que hace de nosotros seres sociables". podemos observar que el objetivo central del
anterior párrafo es mostrar que los vicios transformados no en otra cosa que en
acciones individualistas, son las constructoras de una sociedad, pues el ser humano se inclina solo por cumplir
lo que desea, sin importar cuánto le cueste satisfacerlo, pudiendo existir
fraude, lujo, y orgullo, constituyéndose
estos últimos vicios en constructores de
la sociedad, pues lo que es desgracia o
desventaja para unos es beneficio para otros y que es allí donde la naturaleza individual, cobra
importancia como papel social. A
lo largo del texto nos hace un
comparativo entre las abejas y las clases de seres humanos presentes en una sociedad
como la nuestra, donde las personas
seguimos nuestros propios instintos e
inclinaciones y así vamos construyendo la sociedad, existe el
que tiene más, el que depende de otros y el que no tiene nada, pero aspira
tener, entonces lucha por su propósito individual con móviles egoístas por lo
general siendo la principal inclinación
natural.
Se
puede pensar que lo dicho por Mandeville contradice lo que en un comienzo el núcleo
común de las personas piensan que es lo mejor para una sociedad ideal, pues estas
son regidas por ideologías, religiones y filosofías que forman un sistema de
ideas y principios que guían a reconocer las tendencias amables y benévolas de
la naturaleza humana, las cuales acercan a los individuos en vez de alejarlos hacia
una sociedad justa: “la cual es un deseo, un
sueño, una meta, una utopía, algo que todavía no existe, pero que todos los
seres humanos estamos deseando y ansiando”.[1]
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