José Antonio Giraldo
Comparando el mercantilismo antiguo con el que se tiene
hoy en día, no encuentro entonces muchas diferencias. Existen las mismas
desigualdades sociales, la misma
distribución de los recursos, desamparo para los pobres, y la riqueza en
manos de unos pocos. ¿Cómo puede explicarse esto? Es sencillo, pues los pobres
han de estar sometidos a los dogmas que los ricos crean sobre ellos, por el
miedo a perder su trabajo, cualquiera sabe que si descuida su lugar hay 3 o 4
que quieren lo mismo que él, muy parecido como al mercantilismo en donde tenían
que trabajar todos en el hogar para poder vivir, por que los sueldos eran muy
bajos, aunque ¿tiene esto algo diferente a lo que hoy en día vivimos? Nadie con
dos dedos de frente admite que se pueda vivir en Colombia con el sueldo mínimo,
entonces estaría correcto decir: ¿hemos cambiado en algo?
Lo cómico es que en las manos de los mismos siempre se ha
movido la riqueza, no es por orden divino, sino mas bien porque al sector
trabajador le ha dado miedo luchar por lo que merecen por ser seres humanos, sí
en una película alguna vez dijeron que: “No es país para viejos”. En lo personal digo que Colombia no es país para pobres, porque acá se
tienen que hacer maravillas para subsistir, dado que si hay para comer, no hay
para techo y viceversa.
Como es entonces posible que siendo uno de los
países más ricos del mundo en recursos naturales, aún hayan problemas de
desnutrición y peor que eso, muertes
violentas. No es de es extrañarse pues que se le estén vendiendo las tierras al
mejor postor, para que los ricos se hagan más poderosos y puedan literalmente
nadar sobre sus fortunas, sin pensar que existe en ese mismo momento un niño en
el choco que ruega a Dios por poder comer ese día. Es ese el nivel de
desigualdad que queremos para nuestro país, uno similar al de tantos siglos
atrás, supongo que hasta que los pobres no entiendan que son mas y
desestabilicen a los ricos, Colombia seguirá dando los recursos de esta tierra
que es tan de nosotros como del gringo y el europeo que iza su bandera con
orgullo en este suelo colono, para que la exploten discriminadamente mientras
su población se muere de hambre.
No es entonces sorpresa que el mercantilismo sea
diferente al mundo de hoy, sino que sea el hibrido en el que se convirtió,
dejando hambre y necesidad. Lo único que se tiene de diferente es que, ahora
tenemos necesidades creadas para consumir en este mundo que es tan de pocos,
que cuando haya verdadera necesidad tendremos que pelearnos los unos a los
otros por un poco de agua y el oro inconmutable no va a tener valor alguno.
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