Joan Sebastián
Potosí Hoyos
“El trabajo es la medida universal y mas exacta del valor”
Lo dice Adam Smith en el primer tomo de su libro la riqueza de las naciones.
Solo con esta frase se puede deducir la importancia que tiene para este
personaje el trabajo en la economía y sus transacciones, determinando como este “permite
comparar los diferentes valores de las mercancías en distintos tiempos y
lugares” partiendo de estas ideas determina su teoría del valor en la cual
dice que la cantidad de trabajo exigido debe ser mayor a la cantidad de trabajo
necesario de las mercancías, ya que para él, el dinero no tiene ninguna función
diferente a la de servir como medio para generar la circulación de las
mercancías, por lo cual el solo tiene en cuenta su valor en cantidades de
trabajo. En este
orden de ideas pensaría que hay varios
puntos que analizar de su teoría de precios, hay algunos aspectos que no son
muy coherentes desde mi punto de vista y son los que analizaré a lo largo de
este texto.
Analizando sus planteamientos, no estoy de acuerdo
totalmente con la afirmación de que el trabajo nunca varía de valor, ya que esta
aludiendo significativamente el avance tecnológico que pueda llegar a tener la
sociedad. Hoy en día vemos como la ciencia avanza a pasos agigantados, por lo
cual es difícil establecer que el trabajo siempre valdrá lo mismo, hay
herramientas que facilitan la forma en como se realice una determinada labor,
de hecho hay maquinas que realizan algunas de esas labores y de forma mas
eficiente por lo cual el valor de la fuerza de trabajo humana quedaría
depreciado con respecto a que tan tecnificada pueda llegar a estar una empresa.
Un ejemplo que podría ser una de las excepciones, por lo menos en nuestro país
son las artesanías representativas de Colombia como las hamacas de san Jacinto,
los sombreros vueltiaos, las mochilas indígenas wayuu entre otras, que son
muestras culturales las cuales demandan mucho tiempo de trabajo, por lo cual su
valor es relativamente alto, pero su valor cultural y quizás espiritual hacen
que tengan una “demanda efectiva” como la determina Smith. Hay que tener en
cuenta que la producción de este tipo de mercancías no se hace a un nivel alto,
por lo que mencionaba anteriormente de su elaboración artesanal, entonces son
excepciones que en una sociedad capitalista quizás no tengan mucha importancia,
teniendo en cuenta que esta interesada principalmente en salarios bajos,
producciones eficientes y altas ganancias.
Desde mi punto de vista, pensaría que no hay una
certeza con relación a la veracidad de la cantidad de trabajo que hay
incorporada en una mercancía. ¿Quién garantiza que una determinada mercancía
contiene las horas de trabajo que su productor dice que esta tiene? Puede ser
que no halla sido lo suficientemente eficiente, que lo realizaba por partes,
etc. Entonces vemos como la determinación de esta cantidad es totalmente
subjetiva así como la determinación de la ganancia que este producto debe
tener, ya que esta sujeta a un carácter especulativo, esta es una especie de
supuesto.
A pesar de algunas fallas presentadas en la teoría
planteada por Adam Smith sin duda la riqueza de las naciones fue un gran avance
para la economía como un campo el cual pudiese ser estudiado formalmente,
además que es una excepcionalidad en la época. Su contribución al pensamiento
de autores posteriores a él fue notable,
por esto la frase “cabalgando en
hombros de gigantes”.
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