lunes, 9 de noviembre de 2015

THOMAS MALTHUS NO TENÍA RAZÓN



ANA CECILIA MUÑOZ VELASCO

El planteamiento teórico de David Ricardo, se relaciona con dos leyes naturales. Por una parte, la ley de rendimientos decrecientes. Por la otra y de la cual se encargará el escrito a continuación es la ley poblacional.
El interés teórico de Ricardo es la distribución del producto social entre clases, razón porqué el trabajo y los salarios son fundamentales en su teoría. Decía que: “los salarios y las ganancias relativas siempre se mueven en direcciones opuestas y las últimas dependen de los primeros.” Con dicho fundamento, Ricardo, sustenta en contra de la hipótesis de Malthus sobre la población, quien planteaba que “mientras la población crece geométricamente la oferta de alimentos lo hace aritméticamente.” Es decir, el desequilibrio existente entre el tamaño de la población y los recursos disponibles, considerando estos últimos constantes, se asume que a mayor tamaño de la población y a mayor crecimiento de ésta hay menos recursos por habitante en el mundo. Según esta teoría, la población ha sobrepasado la capacidad de la Tierra para sostenerla. Los recursos no son suficientes para garantizar la calidad de vida de la población mundial. Además creía que las enfermedades y las guerras eran los medios que impedían el crecimiento de la raza humana. La teoría malthusiana carecía de evidencia, pues se ha podido demostrar que no hay falta de recursos en sí, sino un control desigual de estos.
En oposición a Malthus, Ricardo consideraba que cualquier control al crecimiento de la población no soluciona el problema. Por el contrario, reduciendo la población se reduce el nivel de alimentos en quizás una mayor proporción, lo que agrava en lugar de reducir la miseria. En sus palabras: “debemos dejar que las fuerzas naturales que regulan el crecimiento de la población funcionen libremente. La población sólo puede ser controlada con la reducción de las fuerzas que la hacen crecer excesivamente, dejando perfectamente libres los contratos entre los pobres y sus empleadores, se limitaría la cantidad de trabajo en el mercado a su demanda efectiva.” El pretender alimentar a todo el que lo requiera crea una demanda ilimitada de seres humanos, y si no fuera por la mala administración la población seguiría creciendo en una progresión regular hasta que los ricos se conviertan en pobres, y entonces no exista más distinción alguna de rangos.
BIBLIOGRAFÍA:
·         http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0124-59962000000100006&script=sci_arttext&tlng=en
·         http://www.vnavarro.org/wp-content/uploads/2008/07/las-causas-del-subdesarrollo.pdf


3 comentarios:

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  2. Si bien es cierto que Malthus no contó en su tiempo con instrumentos analíticos demasiado avanzados, la tesis que desarrolló es realmente laudable y en el complejo debate que sucita la cuestión de la verosimilitud de sus propuestas el elemento que hace falta es una comprensión del cambio de las relaciones entre el hombre y la naturaleza. Porque es la forma en que los humanos encajemos en el mundo natural lo que decidirá si Malthus tenía razón o no. Estaba equivocado en 1798, pero si hubiera escrito 10000 años antes, cuando no había agricultura, habría tenido razón. Y si su obra se hubiera publicado hoy, efectivamente estaría más acertado que equivocado. La agricultura alteró nuestra forma de relacionarnos con el entorno natural y, al liberarnos de los límites del ecosistema, acabó con la teoría de Malthus. Así que podemos decir que, hace 200 años, cuando Malthus escribió su libro, sí que estaba equivocado. No vio que las naciones no son como ecosistemas, que la gente se podía expandir hacia nuevas regiones y, con la tecnología que surgía de la Revolución Industrial, hacerse mucho más eficaz a la hora de producir comida y arrancar materias primas a la Tierra.

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  3. El economista británico Thomas Malthus pronosticó en 1798 que la capacidad del hombre para producir alimentos no resistiría el crecimiento demográfico. En cuestión de décadas, escribió, las hambrunas se apoderarían del mundo hasta que la población empezara a retroceder. Está claro que Malthus no previó la revolución industrial y sus efectos sobre la agricultura, y mucho menos la revolución verde del siglo XX, pero es inevitable pensar en él ante la perspectiva de un planeta con 10.000 millones de personas.
    La población crece en el último siglo más lentamente que la producción de alimentos, pero a un ritmo menor que el esperado; En su “Ensayo sobre el principio de la población” (1798), Malthus afirma que la población está limitada necesariamente por los medios de subsistencia, así como que el crecimiento de la población debe ser frenado para no producir miseria.

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