Daniel Felipe Lozano Díaz
En
primer lugar, me dispondré a resaltar y a reafirmar lo dicho por Smith, en lo
que concierne al tema de las ventajas absolutas para luego, contrastarlo con la
realidad social que vivimos y así, llegar a una conclusión.
Como
ya se sabe, para las economías contemporáneas, uno de los objetivos a alcanzar
es el de un comercio exterior rentable y benéfico para la nación. Este objetivo,
se puede alcanzar a través de la teoría que Adam Smith denomino como ventaja
absoluta, siendo esta, una manera muy rentable en términos económicos, para que
las economías florezcan y sean prosperas
en cuanto al ámbito comercial se refiere. Ahora bien, ¿será posible que todos y
cada uno de los países tengan una ventaja absoluta sobre los demás? En mi
opinión, no, puesto que como podemos evidenciar, los países denominados como
superpotencias económicas, son los que tienen, por múltiples razones, ventajas
sobre los otros que no lo son, es decir,
sería imposible que la economía de Colombia llegase a igualarse frente a la
economía de China, ya que no solo influyen cosas como la tecnología y la
innovación, sino también el desarrollo que hay en cada nación pero, no se
descarta tampoco, la posibilidad de que se pueda obtener una rentabilidad con respecto al comercio
exterior. Contextualizando, un país como el nuestro podría llegar a competir
con economías mucho más avanzadas, si y solo si llegase a aplicar el principio
básico de la ventaja absoluta, el cual consiste en producir mercancías o bienes
a un menor costo de producción que otras naciones, para que luego, las
mercancías excedentes se comercialicen fuera de los mercados internos y logren
por ende, obtener un mayor beneficio de su producción.
En
pocas palabras, Smith da una solución alternativa al problema que muchas
economías acarrean sin embargo, países como el nuestro, o más bien, dirigentes
como los nuestros, no se toman el tiempo de analizar qué sería mejor para la sociedad,
sino más bien, van en busca de beneficios propios, que en la mayoría de los
casos, no incluyen a la sociedad.
Tratando
de dar respuesta concreta a la pregunta planteada, diría que, existe un “algo”
que le impide a países del tercer mundo como el nuestro, florecer como se
esperaría que lo hiciera, aunque tengan las capacidades para mejorar, jamás lo
harán, precisamente por la dominación que ejercen los de mayor poder. En
síntesis, no es porque no se quiera mejorar, sino porque nuestro mismo sistema
capitalista obliga a que unos sean “menos” que los otros, haciendo entonces que
la ventaja absoluta, sea tomada y llevada a cabo por los que están en la cumbre
del poder y por ende, que no todos los países la puedan llegar a obtener. Entonces, se está diciendo y afirmando no solo
de manera indirecta, sino también directa que no todos los países pueden tener
una ventaja absoluta sobre los otros, ya sea por cuestiones internas, o por
cuestiones externas, como lo sería, la sujeción y dominación que otros ejercen
sobre nosotros.
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