Por: Julián Alberto Díaz Londoño
La idea de las ventajas absolutas
planteada por Adam Smith basada en el supuesto de que cada país posee una
ventaja en la producción de un bien cualquiera con respecto a otros países, y
que esta puede ser en las condiciones naturales favorables (recursos naturales,
clima, etc.), costes de producción bajo o en la superioridad tecnológica, va
ligada a la división internacional del trabajo en la cual los países de acuerdo
a lo antes expuesto deciden fomentar la producción interna de cierto bien en el
que tengan ventaja para generar su exportación e importar los bienes que tienen
un alto costo de producción al interior del país. Como primera impresión al
leer la teoría de las ventajas absolutas genera sensación de sensatez pues mirándolo de una forma simple este
planteamiento resultaría en un estado de
beneficencia para todos los países pues cada uno se enfocaría en producir en lo
que son productivamente fuertes ya que se les sale menos costoso y generaría
una entrada de recursos importante, e importarían las mercancías que producen
otros países con ventajas absolutas, así todos saldrían ganando en determinadas
cuentas, pero creo que Smith paso por alto varios aspectos fundamentales del
comercio exterior como es el caso de las superpotencias productoras, de la
desigual industrialización de los países
a lo largo de la historia y de las condiciones de negociación de estos
tratados dispareja.
Aquí es donde nacen para mi algunas
de las razones del disparejo desarrollo social y económico entre los países
pues algunos aprovecharon al máximo sus ventajas absolutas pero también al
mismo tiempo de este proceso generaron un desarrollo tecnológico que les permitió
ser productores de muchas más mercancías elaboradas generando una balanza
comercial favorable a lo largo de los años y en cambio otros países adquirieron
el nombre de subdesarrollados por que se quedaron simplemente en la acción de
producir y exportar sus mercancías con ventajas absolutas y no hicieron mayor
esfuerzo por desarrollar una industria que les permitiera actuar de igual a
igual en el comercio exterior con estas potencias súper productoras lo que
género que para satisfacer la demanda, se convirtiera en un país con una
balanza comercial desfavorable y una economía muy dependiente y frágil como fue
y es el caso de américa latina, tiene que jugar un papel antagónico en el
crecimiento de las economías potencia como lo fue en su tiempo estados unidos y
ahora lo empieza a ser china, pues es en esas periferias donde finalmente se
sostiene la economía de estos países “desarrollados”.
Muchos países perdieron las
ventajas que poseían respecto a otros países y quedaron desprovistas de
herramientas para generar competencia en el comercio internacional y fueron
supeditados a cumplir con las indicaciones y demandas de economías más fuertes,
convirtiéndolos, principalmente en exportadores de materias primas en donde la
mayoría de los casos son explotadas por multinacionales extranjeras, también la
llegada de la estrategia económica del outsourcing les permitió en países donde
la demanda de trabajo es tan grande bajar en gran medida los salarios y por
ende los costos de producción.
Es así como Adam Smith plantea una teoría
interesante en el ámbito del comercio entre naciones, pero que pierde
legitimidad en la medida que no analiza los factores que en un futuro van a
influenciar ese comercio exterior, y que el principio de dejar pasar, dejar hacer,
finalmente respondiendo al egoísmo, eslabón central del capitalismo, terminaría
tomando su papel protagónico en un crear mundo rebosado de injusticia social.
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