DANIELA RUIZ GÓMEZ.
En la llamada
teoría del valor trabajo de Adam Smith, en primer lugar, él establece que el único
determinante del valor de un objeto es el TRABAJO que costó
adquirirlo a su productor. Smith afirma que el producto del trabajo corresponde
al trabajador u obrero en su totalidad y la cantidad del trabajo que se puede
demandar corresponde a ese trabajo incorporado. El trabajo incorporado es el
que regula el valor de cambio de cada bien.
Es necesario
aclarar que la cantidad de trabajo incorporado no es el valor del bien, sino el que determina la cantidad de
valor, que es una cantidad de trabajo exigido. La cantidad de trabajo
incorporado en un bien es el determinante cuantitativo, o sea que es la
cantidad de trabajo incorporado el que determina la amplitud del trabajo
exigido. Entonces, el trabajo incorporado, n o es más que la remuneración del
trabajador u obrero; en palabras más simples: es el salario el que determina la
amplitud del valor.
Pero quise
hacer un análisis de la aplicación de esta teoría en el mundo actual, ya que
ahora existen el capital y la ganancia, además hay sectores privados, tierras
con dueño y este exige una renta, debemos tener en cuenta que el valor de las
mercancías no se determina únicamente por los salarios, sino también por otros
ingresos.
El valor sigue
siendo definido y medido por el trabajo exigido; su amplitud se determina por
la suma de los ingresos a pagar para producirlo, lo que se reduce únicamente al
salario en el estado primitivo y lo que incluye el salario, la ganancia y la
renta en la sociedad moderna.
Pero el eje
central sobre el cual se basa su estudio no es aquella sociedad ruda, sino mas
bien la sociedad civilizada, donde los medios de producción y el capital han
sido apropiados por agentes privados. Allí, dice Smith, el trabajo no mide sólo
aquella parte del precio que se resuelve en él, sino también el que se resuelve
en beneficios y rentas. Así, el trabajador incorpora valor a la mercancía, pero
no recibe el total de éste sino la parte correspondiente a salarios y el valor
restante va destinado a pagar los beneficios del capital y la renta. Es notable
como entonces, para Smith, el trabajo humano es en última instancia la causa de
valor, pero explica que en la sociedad capitalista este valor no corresponde
totalmente a quien lo añade, pues existe una ""clase de
hombres"" que destinan su capital para adelantar los salarios y que
deben recibir un beneficio sobre su inversión.
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