martes, 18 de agosto de 2015

DEL ESCOLASTICISMO AL MERCANTILISMO


LAURA CAMILA PAZ GUZMÁN


Se ha llamado escolasticismo al movimiento filosófico medieval que intentó utilizar la razón natural humana, en particular la filosofía y la ciencia de Aristóteles, para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana.
Los pensadores pertenecientes a esta corriente consideraban que la JUSTICIA era su principal interrogante; ¿Qué es lo justo?, Analizando desde esta perspectiva los problemas teleológicos, económicos, políticos o sociales, teniendo como base a Dios creador de todo lo existente, pero siendo el hombre el que libremente y de acuerdo a su naturaleza, decide en cada momento su actuación.
Desde el punto de vista económico se plantea un mercado regulado, en el cual exista un intercambio de bienes con un valor justo y equitativo, donde impere la armonía y no el conflicto de intereses. Rechazando la usura ya que es considerada inmoral; desarrollando así una economía en donde todas las personas se benefician aunque exista una distribución desigual.
Antagónicamente aparece el mercantilismo; doctrina económica que cubre en gran parte la edad moderna, donde la prosperidad económica se alcanzaba impulsando la industria y la agricultura, con el fin de aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones, existiendo competencia entre naciones puesto que una nación no se puede enriquecer si no es a costa de que otra empobrezca.
Así entonces esta doctrina rompe con la tradición escolástica, dándole relevancia a la dimensión lucrativa más que a los aspectos éticos y morales. Creando una economía de negocio y comercio internacional; forma de acumular riqueza, medida por medio de la BALANZA DE PAGOS, y la BALANZA COMERCIAL, en la cual:
La balanza de pagos registra las transacciones de un país con el resto del mundo. Consta de dos cuentas; cuenta corriente y cuenta de capital; se registra el dinero por exportaciones e importaciones determinando si existe un SUPERÁVIT COMERCIAL (x>m) o DÉFICIT COMERCIAL (x<m) y  por otra parte el dinero que ingresa por inversión extranjera directa y préstamos, respectivamente.
La balanza comercial intenta mantener un equilibrio entre exportaciones e importaciones (x=m).
Siendo el principal objetivo de los mercantilistas crear una balanza de pagos positiva (superávit comercial), que refleje la situación de riqueza del país.
Para llevar este tema a términos prácticos, podríamos comparar al escolasticismo con un hormiguero, en donde la infinidad de hormigas pertenecientes a él, sólo generan una producción de alimento equivalente al consumo diario y no procuran la acumulación del mismo. Por otro lado el mercantilismo es como un mapache, fomenta el individualismo, la acumulación de recursos (De cualquier tipo) y también el consumo excesivo de alimentos. De esta manera es más fácil entender como el escolasticismo fue rápidamente reemplazado por los valores inmorales del mercantilismo.
Sin embargo no se trata de que un término nos haya llevado al otro, en el escolasticismo la iglesia católica funcionaba como regulador para no permitir el comercio libre entre sus fieles, manteniendo la jerarquía del sistema feudal y por otro lado realizando claros movimientos de capital que juzgados bajo un ojo crítico son abiertamente mercantilistas como la adquisición de bienes comerciales y el cobro de los diezmos. Poco a poco y gracias a la revolución protestante, los valores eclesiásticos se perdieron y llegaron los conceptos de individuo, capital, acumulación de riquezas y el más importante de todos, el de libre mercado.
La aparición de mercaderes quienes se encargaban de mediar entre ofertantes y demandantes fue vital para el establecimiento de las bases del sistema capitalista actual ya que gracias a ellos se logró la creación del comercio exterior como ítem de progreso. También provocaron la aparición de la competencia ya que la reducción de impuestos (al pasar la economía del campo religioso al político) permitió al mercader vender productos más caros, acumular riquezas pero asimismo redujo el beneficio económico sobre la población en general.
Lo anterior produjo que cada vez más personas se dedicaran al comercio y también permitió la aparición de nuevos productos y mercancías. Gracias al mercantilismo llegaron a Europa las especias de India y a China los vidrios de Venecia. Aunque asimismo el mercader fue enriqueciéndose a través de la contratación de mano de obra rural (porque era más barata) que termina evolucionando en lo que hoy conocemos como el outsourcing. También permitió que el mundo occidental se dividiera en clases dando paso al nacimiento de la burguesía.
Poco a poco el sistema económico mercantilista se hace al poder financiero generando a las personas afán de lucro y desplazando o incluso absorbiendo al estado. Dado este escenario llegan las primeras crisis y las primeras depresiones, se acaba el exceso de mercancías y la demanda disminuye. Las monedas pierden su valor y el mundo entero empieza a cuestionarse de nuevo con un ojo escolástico, preguntándose si de verdad el mundo económico debe ser libre o si debe ser regulado, si deben o no existir los impuestos, si la figura del individuo funciona completamente o si es mejor el concepto de sociedad.
Saltando algunos años en la historia, estos dos conceptos nos llevan al capitalismo actual entendido como el desarrollo del mercantilismo y al socialismo del siglo XX entendido como la evolución del pensamiento escolástico.
El capitalismo propone el libre mercado, la competencia como base de sustento del sistema financiero, se niega a los monopolios, apoya el emprendimiento y a la innovación tecnológica, todos los días el mercado abre sus puertas y deja salir los peligros que esconde, las alzas, las bajas, las quiebras, los ricos, los pobres, la desaparición de la regulación estatal, la mano invisible. Las personas hacen parte de este sistema como lobos queriendo ganar el trozo más grande de la presa.
El socialismo propone la regulación estatal, el cobro masivo de impuestos, el beneficio social, la desaparición de la propiedad privada, se niega al emprendimiento y al uso de la tecnología, fomenta la educación humanista como eje principal y procura la desaparición de las clases sociales. De nuevo como el hormiguero, sin excesos, por lo justo y en sumisión.

Sin embargo aún no hemos dado con la respuesta. ¿Queremos ser escolásticos o más bien nos hacemos mercantilistas?

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