“QUIEN OBSERVE EL MUNDO REAL DE LOS FENÓMENOS
ECONÓMICOS SE ENFRENTARÁ A UN CONJUNTO DE DATOS QUE, POR LO MENOS A SIMPLE
VISTA, CARECEN DE SENTIDO…”
C.E. Ferguson, J.P. Gould
Isabella Paez
En la
economía, han prevalecido ciertos enigmas que se pueden considerar como los elementales
hasta nuestro presente: ¿Qué proyectar?, ¿Cómo proyectarlo?, ¿Para quién será
proyectado? Y ¿Cómo será dividido el resultado de lo producido?, son
problemáticas a las que se les ha asignado diversas soluciones en cada uno de
los trayectos de la historia, trayectos donde emanaron dispares teorías y
modelos que con el avance han sido acogidos y puestos en uso.
La
implementación de modelos y teorías en las ciencias económicas fue de gran
beneficio para dominar éstos tipos de situaciones que acontecían, y de
una u otra forma, promovieron el ascenso del desarrollo y crecimiento económico
hasta cierto punto, pues los avances y las evoluciones que han renacido no han
sido competentes, si hablamos de una evolución hacemos énfasis en un hecho que
no puede ser atenuado, cambiado o reemplazado por otro, al parecer hemos
presentado un tipo de avance nefasto, con teorías que han sido permutadas
conducidas a un estancamiento generando la posibilidad de que no sean las más
pertinentes en este lapso. Ahora, estaría bien proceder a hacernos la siguiente
cuestión, ¿las alternativas que estamos empleando son las más eficientes para
el siglo XXI? En esta era, necesitamos más que nunca tener una fundamentación
clara epistemológica y teóricamente, crear nuevas técnicas y desarrollar un
nivel de investigación bastante férreo, ya que nuestro objetivo debe estar en
dirección a cada eventualidad del hoy.
Por otro
lado, se ha considerado que la escasez es el problema central de la economía,
¿Por qué? En primera medida podríamos definir cuál es el propósito en el que se
enfoca la economía, en este asunto se destaca la administración segura y
ecuánime de los bienes favoreciendo la satisfacción de las necesidades del individuo.
La escasez no se podría valorar como un aspecto del todo pernicioso, pues en
ciertos trances es imprescindible para que la comunidad aplique el ahorro y la
reserva, teniendo ingresos aceptables para distribuir en sus obligaciones, ya
que es algo complejo acertar con algún tipo de balance entre unas necesidades
indeterminadas y unos recursos restringidos. Sin embargo, coexisten otras
posturas a favor del consumo, que respaldan que entre más ganancias obtengamos,
determinada parte la destinamos para el gasto o nuestros deseos, que, de cierta
forma, esa parte que disponemos es menor a nuestros ingresos.
Según Keynes,
el consumo es la base o el cimiento de la economía y plantea que la actividad
permanente de la inversión impide que se genere una recesión o un nivel
prominente de desempleo, es decir, la ocupación se incrementa. Ahora, desde
otra mirada, no se consideraría esta hipótesis tan efectiva, debido a la falta
de una solución clara con respecto a la inflación.
En la
economía preclásica, residieron distintos tipos de pensamientos en torno al
criterio de economía, por ejemplo, para los griegos la economía se estriba en
una administración positiva, por otro lado, el filósofo Aristóteles planteó una
definición a partir de una perspectiva que convergía lo moral “cuando una
persona satisface sus necesidades, no toma más allá de lo que le corresponde
“en suma, establecía que la escasez se podía solucionar aminorando el nivel de
consumo y modificando las actividades humanas. El pensamiento árabe islámico se
enfocó en especificar el progreso de los mercados y sus interrelaciones. El
escolasticismo, movimiento filosófico y teológico, era determinado un método a
través del cual se podía adquirir conocimiento, afirmaba que toda la tierra le
pertenecía a Dios y su propósito fue unir las enseñanzas religiosas y la
actividad económica. Si analizamos la época del medioevo, la iglesia era quien
tenía el mando, estaba a cargo de regir en asuntos políticos, económicos y
religiosos, a ella le pertenecía todo el poder, y si hablamos de conocimiento
podríamos decir que era bastante restringido, todo debía tener un enfoque hacia
la creencia de quien gobernaba, para la iglesia el tema de los impuestos e
interés era totalmente adverso, pero ¿quién diría que actualmente ella tenga un
patrimonio exuberante y sea justo que no paguen impuestos? Se piensa que la
única finalidad o aspiración que tienen esas multitudes de iglesias en este
momento es construir templos o edificaciones majestuosas, porque eso es lo que
hacen, mientras el pueblo se sumerge cada día más en la desdicha y pobreza, ¿y
que hace la iglesia? Seguir promoviendo los sacrificios y ofrendas para que
sean bendecidos, ¡por favor! Al parecer la iglesia solo hace algo en lo que es
de gran conveniencia para ella, por ejemplo, una marcha absurda impidiendo la
igualdad y la libertad…yo creo en Dios mas no en la iglesia.
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