La importancia de la producción agrícola frente al comercio, pero ¿En Colombia?

Desde los tiempos de los fisiócratas se sabe de la importancia del sector agrícola para el fortalecimiento económico de una nación. Vemos que después de todo no es un concepto errado y aún se ve muy implementado entre los países muy desarrollados, una muestra clara de esto es Estados Unidos, el país con mayor desarrollo del mundo… El cual su producción o su apoyo al sector agrícola ha sido tan alto, que pueden producen tres veces más de lo que pueden consumir; lo cual supieron comprender la importancia de apoyar el agro para desarrollarse como país.

A cambio en Colombia pasa algo totalmente contrario al planteamiento base de los fisiócratas y como si fuera cada vez más para atrás se acerca al mercantilista. Vemos un país donde se descuida y se maltrata al sector campesino, donde se puede ver reflejado viendo las estadísticas de los últimos 30 años, cómo la población rural se pasa al sector urbano. Donde se ponen a competir a nuestros campesinos en condiciones de libre mercado con los extranjeros, cuando no hay condiciones justas y siempre en inferioridad. Donde el gobierno que toma una actitud muy mercantilista promueve que se explote la minería y que se deje a un costado al sector agrícola.

Un ejemplo de todo esto es el referendo que se promueve por el agro, donde gremios como ‘dignidad agropecuaria’ acompañados de distintos gremios buscan con este referendo promover la producción nacional agropecuaria, garantizar el mercado interno para los productos colombianos y renegociar los TLC.

Es obvio que la competitividad y negociar con los diferentes países es bueno, pero siempre y cuando se en condiciones de igualdad y no como un país vasallo… Que muy bien lo podemos aprender de las grandes potencias que son hoy. Por ejemplo, Estados Unidos en fechas próximas a su independencia no negocio de mano a mano con los países de la Europa, sino cuando ya se vio en condiciones de igualdad para hacerlo fue que abrió sus puertas a las negociaciones del libre mercado y no antes. Y no está mal que aprendamos algo de eso, no en la mentalidad de cerrarnos, pero si en mejorar y llegar al punto de equilibrarnos.