Felipe Mañunga Escobar
El consumo como concepto no hace referencia a nada malo ni
perjudicial. Podemos definirlo como el simple hecho de consumir para satisfacer
necesidades o deseos. El problema llega cuando esta actividad se vuelve
enfermizo. Entonces ya no hablamos de ‘consumo’, sino de ‘consumismo’.
El modelo de bienestar de la sociedad actual se basa en la
posesión y acumulación de bienes, lo cual sirve de justificación para que
prolifere el consumismo entre las personas. Si el objetivo de la vida es tener
muchas cosas, la principal actividad que se ve beneficiada es, lógicamente, el
consumo. La posesión y acumulación de bienes suele darse siempre de forma
inmoderada.
El término inmoderado parece ser un adjetivo demasiado
subjetivo. ¿Qué es ser un consumidor inmoderado? ¿Cuántos iPhone hay que
comprar para considerarlo algo inmoderado?
La utilización del calificativo inmoderado encuentra su
explicación con la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto necesitamos lo que
compramos? ¿Es nuestro consumo necesario para nuestras vidas? Todo aquello que
se consume sin ser realmente una necesidad puede considerarse como un exceso,
en tanto en cuanto excede las necesidades básicas para la vida de un individuo.
Así pues, decir que el consumo actual es inmoderado ya no es algo subjetivo,
sino que se ha convertido en algo objetivamente cierto: todos consumimos
inmoderadamente, porque consumimos en exceso. No necesitamos todo lo que
compramos. La mayor parte de nuestras compras son excesos que se nos antojan
necesarios.
Necesitamos lo que compramos en la medida en que nos auto
convencemos de que el producto en cuestión nos va a ayudar a ser más felices y
a vivir mejor. En ese sentido, con la sociedad de consumo el individuo tiene como
principal actividad consumir.
Para muchos autores que la defienden, la sociedad de consumo
es reflejo de un alto nivel de desarrollo socioeconómico, que se manifiesta en
el incremento de la renta de cada individuo. Consideran también que este tipo
de sociedad basada en el consumo constante ofrece a las personas la posibilidad
de adquirir bienes y servicios cada vez más diversificados, y que eso
contribuye a mejorar la calidad de vida y produce una mayor igualdad social, ya
que son muchos los individuos que pueden hacerse con una gran cantidad de
productos que, según las tesis de los defensores del sistema, contribuirán a
hacer sus vidas mucho mejores y más felices.
Así pues, el principal argumento para la defensa de la
sociedad de consumo se apoya en que el consumo contribuye a mejorar la calidad
de vida de las personas y que ayuda a las sociedades a desarrollarse. Lo
autores pro-consumo olvidan que en esta sociedad ideal donde las personas
pueden comprar cualquier cosa que quieran, hay muchos que no pueden consumir,
ya que el principal requisito para disfrutar de la sociedad de consumo, moderna
y desarrollada, es tener dinero. En la sociedad actual sigue habiendo millones
de pobres, incluso en países desarrollados, que no pueden participar en la
sociedad de consumo.
Bibliografía
http://www.lahumanidadperdida.com/la-sociedad-del-consumismo/
Buen día.
ResponderBorrarEl consumismo actualmente domina la mente y los corazones de millones de personas, sustituyendo tantas cosas que realmente importan a cosas innecesarias. El cambio tecnológico nos permite producir más de lo que demandamos y ofertar más de lo que necesitamos. De esta manera encontramos que la tecnología ha influido en gran medida al consumo, siendo este un principal factor ayudante para la generación del consumismo, otro tema es la publicidad, puesto que en algunas ocasiones consigue convencer al público de que un gasto es necesario cuando antes se consideraba un lujo e innecesario. Y es de esta manera que cada vez vamos adquiriendo poder en el comprar más y más, sin importar aquellas consecuencias, las cuales en ultimas el consumo es el que nos controla mas no nosotros a el.