martes, 13 de octubre de 2015

104415013133

La tendencia del ser humano a estar en búsqueda continua del porqué de las cosas, de las causas profundas de los problemas así como de sus consecuencias, es la que ha estimulado un incesante trabajo sistemático de investigación en donde la duda es la actitud básica y a través del cual ha quedado patente que el conocimiento es siempre insuficiente, provisional e incompleto. Así pues, desde siglos y siglos atrás las sociedades hasta día de hoy han construido conocimiento en diferentes áreas y dimensiones de la realidad, y éste ha evolucionado conforme avanza el tiempo, cambian las condiciones y se perfeccionan los métodos y los instrumentos. Estamos haciendo alusión a cuestiones epistemológicas muy complejas que no nos corresponde abordar en estas líneas pero, entrando a hablar en materia económica, sabemos ya que la historia concerniente es muy controvertida a la vez que muy interesante. Ese intrincado proceso de idas y venidas, de debates, avances y revoluciones es el escenario preciso para que surjan destacadas figuras y escuelas de pensamiento muy influyentes. Ya hemos tenido la oportunidad de estudiar en nuestras asignaturas de pregrado algunas de esos aportes tan meritorios. Es muy importante, pues, tener muy en claro que conocer y manejar ese componente histórico de la economía es una facultad clave para llegar a ser buenos profesionales. Por tal razón, he recalcado ya en textos anteriores y recalcaré una vez más en el presente la suma importancia del contexto histórico, que ha sido, con frecuencia, desatendido deliberadamente en muchos análisis al interior de nuestro campo de estudio. Hoy vamos a trasladarnos al contexto histórico pertinente para examinar y poder entender con mayor claridad lo visto en clase en relación con las ideas expuestas y desarrolladas por un autor muy de nuestro interés como economistas en formación. Éste es David Ricardo.

Ser el tercer hijo de diecisiete hijos de una familia judía portuguesa pudo haber contribuido a la individualidad de Ricardo. Sus contribuciones al estudio de la economía proceden de un enfoque más práctico que las de Adam Smith, a pesar de que leer “La Riqueza de las Naciones” fue el hito que despertó su interés en la economía. Su obra se ubica a finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. Aquí es preciso resaltar dos referentes históricos de gran significación: La Revolución francesa con su influencia ideológica y el consecuente impacto político de las guerras napoleónicas, y la Revolución Industrial de Inglaterra. Ricardo, que conocía muy bien su entorno, vio en la expansión industrial la estrategia que conduce al poderío inglés, y en las políticas liberales y la especialización, orientaciones necesarias para vencer los obstáculos que, eventualmente, frenarían el progreso y la riqueza de su país.

Una de sus muchas ideas destacables, como sabemos bien, y donde es más posible evidenciar la influencia de Smith, fue su teoría del valor-trabajo, que ha sido un aporte realmente crucial a la economía y aún hoy sigue generando discusiones importantes. El gran mérito de Ricardo, entonces, puede interpretarse como que logró llevar a plenitud el cuerpo doctrinal de la economía clásica. Así, por ejemplo fue asiduo al Laissez faire, laissez passer de los fisiócratas y en tal dirección, fue una gran voz en contra del proteccionismo y a favor del librecambismo, propiciando la abolición de las “Corn Laws” (Leyes de granos) británicas cuya pretensión era proteger la agricultura nacional de las importaciones extranjeras de grano. Todo cuidadosamente argumentado con sus otras reconocidas teorías sobre el Comercio Internacional y las Ventajas Comparativas.


Después de las consideraciones anteriores se hace muy visible que, así como Ricardo ha demostrado su gran poder intelectual y ha influenciado a un sinnúmero de autores posteriores a su obra, él mismo fue influenciado por aportes de autores previos que logró seleccionar con eclecticismo -sí, me gusta mucho esa palabra en tanto representa la virtud de atender y valorar el trabajo de otros- en el proceso de erigir toda su obra. Así, pues, lo hizo Ricardo con Smith. Así también lo hizo, posteriormente, Marx con Ricardo tomando su paradoja del crecimiento económico que, a su vez, estaba directamente influenciada por la teoría de los rendimientos decrecientes de Malthus. Son casi infinitos los ejemplos y no encuentro de más reconocer, antes de finalizar, que estudiar a todos estos autores del conocimiento económico es poder maravillarse a diario con ese magno entretejido de ideas brillantes que hoy continúa extendiéndose, dándonos la oportunidad de integrarnos a él. Nuestra responsabilidad entonces es mayor, teniendo en cuenta que estamos recibiendo una formación académica de calidad mientras que ser autodidactas no detuvo a muchos de estos sabios de dejar, cada uno, una huella que no es cualquiera.

3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante tu texto, expones algunos hechos historicos que enriquecen el contexto en donde se hicieron esas ideas formadoras de la teoria economica, y por demas, de la primera escuela de pensamiento economico, para adicionar quisiera mencionar que todavia en los clasicos existe esa vision del mundo representativa de los fisiocratas en tanto que aun consideraban un 'orden natural', mas Smith que Ricardo, por lo cual es entendible que Smith hiciera algunas clasificaciones en este sentido, entre ellas: el precio natural, salario natural, beneficio natural, etc; vision que se viene a desligar por completo en el analisis de Marx. Por ultimo, quiero hacer caer en cuenta de una equivocacion: la teoria de los rendimientos decrecientes es propia de Ricardo, no de Malthus como aseguras, si la cuestion es de nombres esta bien; pero si la cuestion es que se queria decir que fue influenciada por la renta territorial, que ese aporte si fue de Malthus, o aun mas por la renta diferencial, es mas problematico asociarlo con el crecimiento economico con tan poca profundidad y confusion que resulta. Obviando este pequeño detalle, el texto es muy bueno, solo que quisiera saber quien lo escribió jejeje

    ResponderBorrar
  2. El texto es sin duda muy interesante, en mi opinión creó que aquella influencia ideológica de la que hablas al referirte a la revolución francesa, no es más que la esclavitud y servidumbres del sistema monárquico, cambiada de nombre y al servicio de una nueva clase dominante ( burguesa).
    Me atreveria a decir que en el fondo no fue lo que esperaban personajes como Montaine, Rousseau, Diderot o Montesquieu.

    ResponderBorrar
  3. El texto es sin duda muy interesante, en mi opinión creó que aquella influencia ideológica de la que hablas al referirte a la revolución francesa, no es más que la esclavitud y servidumbres del sistema monárquico, cambiada de nombre y al servicio de una nueva clase dominante ( burguesa).
    Me atreveria a decir que en el fondo no fue lo que esperaban personajes como Montaine, Rousseau, Diderot o Montesquieu.

    ResponderBorrar