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Antes de entrar en el
pensamiento clásico ahí un aspecto que vale la pena resaltar ya que se vino
dando desde Aristóteles hasta el mercantilismo, se trata den la gran discusión
sobre la equidad del precio – precio justo- es decir que el precio de un producto
valga lo que debe ser, ni más caro ni más barato de lo que debe costar, la
relación entre moralidad y mercado, correspondencia o conexión que existe entre
estas dos; generalmente se denomina precio al pago o recompensa asignado a la
obtención de bienes o servicios, A pesar que tal
pago no necesariamente se efectúa en dinero los precios son generalmente
referidos o medidos en unidades monetarias. Desde un punto de vista general, y entendiendo el
dinero como una mercancía, se puede considerar que bienes y servicios son
obtenidos por el trueque, que, en economías modernas, generalmente consiste en
intercambio por, o mediado a través del dinero.
Antes que decidirse por poner precios bajos, es preferible que busquemos una diferenciación (algo que podamos ofrecer que nuestros competidores no lo hagan), por ejemplo, calidad en el servicio. La opción de los precios bajos es fácil de neutralizar por nuestra competencia y es difícil de poder mantenerla por un tiempo prolongado.
En cuanto a los precios bajos, una estrategia
podría ser optar por precios bajos cuando estamos introduciendo un nuevo
producto al mercado (precio de introducción), para de ese modo, lograr una
rápida penetración en el mercado, que el producto tenga una rápida acogida, o
para que se haga rápidamente conocido. Para luego aumentar el precio por efecto
de la demanda (aumentar los precios cuando la demanda del producto llegue a ser
alta).
El decidirse por precios medios, es decir, precios
cercanos al precio promedio del mercado, nos da la ventaja de ser precios
cómodos de manejar, pero la desventaja de que son los de mayor competencia. Y
en cuanto al optar por precios altos, nos dan la ventaja de lograr un mayor
margen de ganancia, pero la desventaja de la posibilidad de que tengamos menos
clientes. El ponerle precios altos a nuestros productos, puede tomarse como una
estrategia, por ejemplo, cuando estemos introduciendo un nuevo producto al
mercado, y queramos aprovechar las compras hechas como consecuencia de la
novedad del producto, o cuando queramos darle a nuestro producto una sensación
de calidad o de prestigio.
Hola buenas noches, a mi modo de ver, si tu inicias introduciendo un producto con un precio bajo en el mercado, en el momento en el que quieras subir el precio, el impacto puede llegar a ser muy fuerte, de tal manera que tus ventas bajen por lo tanto tus ganancias también, a eso quiero anexar que si tratas de poner productos en el mercado que otros empresarios no lo hayan hecho se corren ciertos riesgos y el mas visible, sería si ¿ese producto va a ser aceptado por la sociedad como parte de su consumo o un producto que ya esta en el mercado con mejor precio lo puede remplazar?.
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