jueves, 6 de octubre de 2016

¿CUAL SERA EL LEGADO?

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Siempre la misma historia, igual tristeza y el mismo egoísmo.
¿Qué tanto hemos cambiado desde que los liberales nos trajeron el liberalismo económico y hoy cuando el mundo nos trae la revolución cibernética?

¿Será necesario recordar tantas, escuelas, hechos, personajes e ideologías?
¿En algo nos ayudará ello?

“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”
                                     Karl Marx

La marea de los acontecimientos nos ha acometido en innumerables debates sobre su trasfondo, virtud y desacierto.
Olvidar la historia puede pensarse como la creación de una nueva historia. Mao Tse – Tung, por ejemplo, en favor de esto mando a quemar todos los libros y registros contrarios a la concepción del partido, dejando solo algunos clásicos. Ello con el fin, según él de crear un nuevo ser humano desde el principio, uno sin ninguna influencia distinta a la de la armonía socialista.
Sin embargo, tales ideas radicales significan en realidad una subyugación inconsciente del individuo a un paradigma.
Es por ello que el crear una nueva economía no debe ser la subyugación especifica devaluativa, en cambio debe surgir del reconocimiento y asimilación de nuestra historia teórica y científica.
Y ya si nos enfrascamos en el tema de la teoría clásica, deberemos decir, que esta aparte de las consideraciones economiscisticamente que le podamos hacer, empezó entendiendo la economía como una rama regida por leyes universales.
La economía era un instinto natural del ser humano, y en razón de ello dijo que compra – venta de mercancías era indispensables, vistas desde un principio casi que inconsciente.
Smith, además afirmaba que el sistema capitalista era la mejor expresión de la naturaleza humana, ya que lograba hacer que el instinto, nombrado anteriormente pudiera desarrollarse (propensión natural al cambio).
Y ya que tal instinto movía las masas, cada uno actuaba en razón de lograr mayor efectividad en su proceso de intercambio, es por ello que el filósofo, afirmaba que no era la benevolencia de x o y actor económico lo que movía la economía, sino el egoísmo, entendido busca del interés propio. Unión de busca de intereses propios creaban un equilibrio económico; pero destacando evidentemente que existirían entonces unos ganadores y otros, perdedores. Sabiendo entonces pues la desigualdad de condiciones en los que cuenta el sector trabajador con respecto al capitalista y terrateniente.
Sin embargo, el capitalismo es la mejor forma económica, porque de el sí se pueden deducir leyes claras y armónicas con la oferta y la demanda.

Es cierto que Smith es el padre de la economía política, y que a él le debemos consideraciones importantísimas en materia del trabajo los precios, la oferta y la demanda… Sin embargo, su visión de una ciencia social con leyes universales para poner el caso, ha hecho que el estudio económico haya caído en un reduccionismo único.
Pero evidentemente su concepto de una ciencia de leyes no ha sido un tema muy grave, lo que ha aprovechado el mundo de intereses particulares basándose en las profundas consideraciones de Smith ha sido decirle al mundo que debido a que la ciencia económica puede ser concebida como un producto inalterable, no necesita de unas altas consideraciones históricas, la esquematización de esta no es más que una pérdida de tiempo, si se puede demostrar que para cada tiempo la economía tiene una fórmula mágica que logra resolver todas las luchas ideológicas.
Nuestro egocentrismo como economistas, en gran parte nutrido por Adam Smith nos ha hecho creer que el mundo es una gigantesca esfera que gira en torno de una realidad (la económica), y no somos conscientes de que la economía no es más que un producto material de las transformaciones sociales y mentales esquemáticas en el tiempo, somos domesticados por la economía. Hemos desconsiderado la teoría biológica, y ello nos ha llevado a creer la existencia humana como un complejísimo sistema de interacciones y supuestos, cuando en realidad no somos más que individuos modificados por la conciencia colectiva en favor de un paradigma que se vuelve parte de nuestra construcción inductiva.

Pasos de gigante hemos dado, sin embargo, aún no dejamos de jactarnos de nuestra derrota, pensemos distinto, creamos en las verdades ocultas.     

BIBLIOGRAFIA
Introducción al psicoanálisis – Freud
Historia del pensamiento económico – Landreth Colander

FILMOGRAFIA
Conociendo el capital – Adam Smith - youtube





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