El trabajo como deshumanizador

El trabajo puede ayudar a sentirnos útiles en la vida y no un simple paracito que absorbe lo que otros han construido. Eso podría ser en el caso de criaturas nacidas en núcleos de familias adineradas que no necesitan de tal sacrificio para poder ganarse el pan, ya otro se lo ganaron para brindárselo.

El trabajo sirve como recurso para dignificar al sujeto en la medida que ese trabajo sea incorporado en actividades que sean vitales para garantizar la supervivencia, el goce de la vida, la paz, la tranquilidad, sin tener que ser el trabajo un limitante de la libertad del ser y el espíritu humano. En este criterio podrían estar los labradores de la tierra, las personas del campo que no tienen más ambición que la de vivir lo más tranquilo posible, desalineados totalmente de lo que es vivir para un citadino.

El trabajo puede también ser un modo de vida donde todo lo que el sujeto vea tratara de anclarlo a su profesión, porque su profesión lo llena, lo atrapa y el mundo girara entorno a ella y a su trabajo. En este criterio recaen el cumulo de personas que deciden hacer lo que les encanta, lo que les apasiona y que no se cambiarían por nada ni nadie, pues en su trabajo han encontrado el sentido a la vida.

Esta el trabajo desesperanzador donde el único efecto es garantizar la neta supervivencia física del trabajador y de sus retoños, pues estos servirán para cubrirlo una vez el trabajador sea inútil al mercado laboral. Esto es a groso modo la herencia que deja la división del trabajo, donde todo se empieza a ver como un sistema mecánico donde cada ser humano hace parte del engranaje.

 A medida que se vuelve más indispensable en el engranaje pierde cada vez más su autonomía, su identidad y su razón de ser ya no es trabajar para vivir, sino vivir para trabajar. La división de trabajo se da en la era industrial, donde el crecimiento de producción es de forma exponencial, en función de la diminución de las horas que el empleado cuenta para disfrutar de la vida en su esencia, pues deberá pasar más tiempo encerrado en sus zonas de trabajo privándose de compartir más tiempo con sus familia, amigos e incluso con sus mismo pensamientos.  En esa medida el trabajo se torna deshumanizador, vil y terrorífico donde se trabaja por obligación, porque las alternativas de trabajo se han limitado tanto que el campo de maniobra es reducido casi que nulo y se trabaja en lo que hay no en lo que se quiere.

La división del trabajo ayudo a que ahora tengamos más artefactos que nos facilita la vida, ayudo a producir más (incluso más de lo que la humanidad requiere). Pero el costo de estas ventajas son tener muchas más personas cada vez más infelices trabajando en lo que no les gustan, pues no a todos se les da las cosas para hacer lo que desea.

Aparentemente somos una civilización más avanzada a comparación que las comunidades primitivas ¿pero somos más felices?