Por: Jorge Luis Rivadeneira
Daza
‘Por eso en el
apilamiento está el éxito. Amplié usted un restaurantito que se mantiene lleno
y verá: no le vuelve nadie, se va de culos. La humanidad es rara y novelera.
Quiere computadoras rápidas, carros rápidos, trenes rápidos, ¿Y para qué? Toca
el claxon y acelera para llegar a tiempo a hacer cola. Se apura para esperar.’ Palabras del escritor Fernando Vallejo en
su libro ‘La rambla paralela’.
David Ricardo hizo un aporte, que en un futuro sería
de gran utilidad y soporte para la teoría neoclásica, este fue, la ley de los
rendimientos marginales decrecientes. La anterior ley propone que, en el
proceso de producción el incremento en la cantidad de un factor de producción
–Tierra, trabajo o capital - manteniendo
los otros factores constantes, resultará en menores incrementos progresivos en
la producción por unidad. Supongamos una firma productora de refrescos llamada
‘Camus’, la firma Camus dispone de cinco obreros que preparan la mezcla, una
maquina embotelladora y una extensión de tres hectáreas para extraer la caña de
azúcar (necesaria para producir la melaza con la que se endulza la bebida). Un
día, el directivo de Camus piensa que
puede aumentar sus utilidades totales al contratar mayor cantidad de
obreros, así que decide emplear un obrero más por cada día que pase,
manteniendo sus otros factores de producción constantes. Así pues en el primer
día, el directivo le da la bienvenida a un obrero a la firma y ve efectivamente
que la productividad del obrero es positiva (es decir, que lo que genera el obrero
en su individualidad es suficiente para cubrir sus costos de contratación). Al
segundo día el directivo observa que el segundo obrero adicional, efectivamente
ha producido una utilidad marginal positiva, pero que esta es menor respecto a
la producida por el primer obrero, al tercer día el empresario puede ver como
su tercer obrero le genera utilidades marginales negativas, esto es, que su
tercer obrero ni siquiera puede pagarle los costos de su contratación. El
directivo, sin embargo, decide continuar con su dinámica, y pronto lleva a su
firma a la quiebra.
El anterior caso tuvo por intención ejemplificar lo
que Ricardo llamo la ‘ley de los rendimientos decrecientes’, según la cual, no
se puede agregar infinitamente cantidades de un factor de producción, ya que
este, después de cierto tiempo adquirirá una tendencia negativa. Esto se
explica en la práctica –y tomemos el mismo ejemplo de la firma ‘Camus’-, ya que
al contratar mayor cantidad de obreros, pero sin aumentar la cantidad de
máquinas, los obreros que necesitan de las máquinas para completar su proceso
de producción, quedarán inactivos mientras aguardan a que la maquina quede
vacante para embotellar los envases que ellos preparen. De la misma manera, el
no ampliar el factor Tierra genera (además de un posible agotamiento de
recursos físicos), una limitación del movimiento –sabido es que no se pueden
empacar infinitas sardinas en una lata- así pues, los obreros al no disponer de
un adecuado espacio para su movilidad, generaran un entorpecimiento mutuo para
el proceso de producción.
Veamos también otro de los planteamientos teóricos de
David Ricardo, que sustentó la interacción económica internacional a través del
comercio, sujetado a las ventajas comparativas y absolutas de cada país.
Supongamos un país T y un país H, de igual manera, establezcamos la producción
internacional exclusiva de dos bienes, digamos, libros y chocolates. El costo
de producir una unidad de chocolate en el país T es de 700 pesos, y el costo de
producir un libro es de 1000 pesos. Por otro lado el país H puede fabricar un
chocolate por un costo de 1200 pesos, y un libro por un costo de 500 pesos. El
planteamiento Ricardiano le indicaría al país H que se especialice en la
producción de libros pues posee una ventaja comparativa[1]
en la producción de los mismos, mientras que al país T le indicaría que se
especializara en la producción de chocolate, siempre que el país T mantuviese
su condición de ventaja comparativa en la producción de los mencionados
chocolates. Posteriormente el planteamiento Ricardiano le indicaría a cada país
que consolidara sus beneficios mediante el comercio internacional, periodo en
el cual los dos se verían beneficiados.
El mismo planteamiento de comercio internacional se
hace efectivo (según la teoría Ricardiana), aun cuando el país H presentara
ventajas absolutas[2]
con respecto al país T, esto es, aun cuando sus costos de producción de
chocolates y también de libros fueran menores a los del país H. Esto puede
resumirse en que el país T debe especializarse en la producción del bien en la
que sea, sino mejor, al menos ‘no tan malo’.
Una crítica que puede plantearse con respecto a la
aplicación práctica de los desarrollos Ricardianos es la de que, ningún acuerdo
comercial contemporáneo entre dos países goza la condición de tranzar única y
exclusivamente dos bienes.
Referencias bibliográficas y de la web:
http://www.eco-finanzas.com/economia/economistas/David-Ricardo-Pensamiento-economico.htm
http://www.eco-finanzas.com/diccionario/V/VENTAJA_ABSOLUTA.htm
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/economia/factores_de_produccion
[2] Para ampliar la
información acerca de lo que se constituye como venta absoluta véase el
siguiente enlace de la web: http://www.eco-finanzas.com/diccionario/V/VENTAJA_ABSOLUTA.htm
Muy buen texto, ejemplifica de manera clara la propuesta Ricardiana sobre los rendimientos marginales decreciente, respecto a la crítica concuerdo con tigo, no hay una aplicación concreta de la ventaja comparativa en la realidad porque en la actualidad el intercambio se realiza con más de dos productos.
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