ERICK DANIEL ORTEGA LOPEZ
Tal vez la injusticia sea el pan
de cada día de muchas personas, en donde la mayoría la de la población tiene
que sacrificarse por ganar un salario miserable que no se compensa con las más
mínimas necesidades para que una familia de clase media o pobre pueda
sostenerse en un país como el nuestro. Es allí donde los altos rangos
(Gobierno) no hacen ninguna gestión de generosidad ya que lo que hacen es
decretar cada vez más pobreza, en donde la ausencia de políticos generosos hace
imposible mejorar las condiciones de
vida de los trabajadores.
En teoría económica hay dos
grandes paradigmas para entender la relación entre el trabajo y la remuneración
del mismo. Si nos apoyáramos en la teoría objetiva del valor de Smith, Ricardo y Marx, entonces quedaría
muy claro que el salario es una remuneración injusta, y más en nuestro país
como Colombia en donde nada es equitativo, cada vez los ricos quieren más y más y solo piensan en su bienestar mas no en el
de los demás y mientras esto siga así nunca habrá nunca habrán salarios
nominalmente más altos ni una redistribución más justa del ingreso.
Me baso en el mercantilismo de la
época antigua en donde se practicaba el mismo acto de injusticia en donde la
mano de obra disponía de un salario de subsistencia por parte de los señores feudales.
Exactamente lo mismo ocurre en nuestra realidad no valoran el trabajo de personas honestas y luchadoras.
En si podemos decir que el
trabajo crea un derecho a la recompensa en donde se merece un salario justo,
pero esa no es la realidad, este salario no es suficiente no convence y nos sería muy letal, si los comparamos con
los sueldos de políticos, empresarios o altos ejecutivos en donde ellos tienen
la capacidad de darse el lujo de vivir de muchas comodidades que a veces les
sobra y no se dan cuenta de la gran pobreza por la que la mayoría de personas
están pasando y de los grandes problemas económicos que afectan física y
emocionalmente.
El mercantilismo y el salario
mínimo van de la mano y es un problema muy complejo de resolver en donde
existen muchas causas que implantan que esto se dé así, es evidente la
inequidad que se ve reflejada en tan baja remuneración injusta, deberíamos
tener una distribución justa y sin tantas necesidades que llevan más a una
Colombia estancada en la pobreza y la violencia.
Es interesante y a la vez decepcionante que después de tanto tiempo aun tengamos que encontrar la semejanza entre lo que vivía la gente trabajadora durante el mercantilismo y la actualidad que vivimos, no solo en nuestro país sino en todas partes; aunque en unos lugares este más arraigado que en otros, sin duda ese pensamiento mercantilista entorno a los salarios que dice que “los salarios no podían ser mayores al nivel de subsistencia porque entonces no habría aliciente para incrementar la producción”, persiste pese a que hayan pasado los años y continuamos viendo un panorama de injusticia que favorece al que más tiene y se olvida de las necesidades que la mayoría de la población padece.
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