ANA CECILIA MUÑOZ VELASCO
Entender,
comprender y aprender. Son los tres pasos del proceso de aprendizaje que un
estudiante realiza para apropiarse de un conocimiento que probablemente le será
de utilidad cuando entre al competitivo y caótico nivel profesional. Por ello,
es de vital importancia la materia histórica que acompaña inevitablemente a la
sociedad contemporánea; la cual proporciona la base del proceso en el que se
encuentra, supuestamente evolutivo. Como base no debe interpretarse de manera
que, primero, exista como universal; segundo sea de carácter obligatorio seguir
los parámetros que ha establecido, sin alternativa de cambio, contradicción y/o
perfeccionamiento. Siendo así y siguiendo el desarrollo de la clase teoría
clásica, en este texto presentaré el modelo mercantilista.
Esta
doctrina económica del siglo XVI-XVIII tiene el siguiente principio básico: la
riqueza genera comercio exterior, entre una balanza de pagos y una balanza
comercial. Fue en Inglaterra en donde se dio paso a este sistema, en el cual la
búsqueda era la balanza comercial favorable, es decir, el objetivo de esta
política era que las colonias inglesas fueran exportadoras de materia prima
para que se creara una dependencia de bienes manufacturados. Para lograr esto,
los medios fueron restrictivos de modo que se impusieron barreras aduaneras y
en cambio se incentivo las manufactureras nacionales.
Los
mercantilistas tenían claro que el poder y la riqueza de una nación se
alcanzaba a expensas de otro. Porque no querían correr el riesgo de
esperanzarse en cosas inciertas como dones recibidos o en las compras aquiridas
de otras naciones. Thomas Mun decía: “...debemos seguir siempre esta regla,
vender cada año más a los extranjeros de lo que consumimos de ellos”. Sin
embargo la riqueza de la nación no significaba la riqueza de cada uno de los
individuos, de hecho, la economía no se definía en función del consumo nacional
y la pobreza del individuo beneficiaba la nación. Por tanto, no faltaron las
críticas ante la situación desfavorable. Además, lo que parecía para los
ingleses una ley invariable, no podía ser para el resto del mundo. Si todas las
naciones hubieran aplicado este modelo, quién sería el consumidor del producto
exportado, si ningún país importaba bienes?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario