Andres Sanchez
Adam Smith hace referencia a la regulación
de los precios en el mercado por si solo y que tiene mejor beneficio del que
tuviera si el gobierno lo regulara; se oponen a las restricciones
gubernamentales al libre comercio, utilizando la expresión de La mano invisible que es
una metáfora que expresa en economía la capacidad autorregula dora del libre
mercado según esto la
mano invisible compensa las acciones y regula las conformaciones sociales.
Smith expresa su pensamiento en La riqueza de las naciones, sosteniendo que la
riqueza procede del trabajo. El libro fue esencialmente un estudio acerca del
proceso de creación y acumulación de la riqueza, tema ya abordado por los
mercantilistas y fisiócratas, pero sin el carácter científico de la obra de
Smith. Este trabajo obtuvo para él el título de fundador de la economía porque
fue el primer estudio completo y sistemático del tema.
La intervención del Estado en el sistema económico se ha dado prácticamente desde la aparición en
cuanto a organización social máxima de éste. Ya en la antigua Grecia, los Imperios Romano y Bizantino tenían un Estado
interventor, lo mismo en la Edad Media, etc., En un principio simples motivos políticos y militares
llevaron a los gobiernos a participar en la producción (fábricas de armas por ejemplo) e intentar controlar las actividades
comerciales. La época mercantilista se caracterizó precisamente por el excesivo
intervencionismo estatal, denunciado posteriormente por los economistas
clásicos.
Las mayores paradojas de nuestro sistema económico, llamado
capitalismo, es el esfuerzo que hacemos por vender las cosas. Parece que las
gentes pudieran siempre comprarlas pero no sintieran las necesidades. Como si
la verdadera tarea no fuera producir, sino consumir. En la presente etapa del
desarrollo latinoamericano, es casi siempre innecesario fomentar el consumo,
salvo con fines de educación o salud. Nuestros países están todavía en la
situación económica histórica: siempre hubo más necesidades que disponibilidades.
Sin embargo, nuestro sistema
de mercadeo fomenta más y más el gasto de las clases pudientes, consumidoras de
las mercaderías caras. Ese gasto las induce a recetarse una proporción lo más
alta posible del producto nacional. Como resultado, a los grupos débiles no les
queda ni lo indispensable. Peor aún, fomentamos hasta el uso del tabaco, el
alcohol y demás drogas estupefacientes. Al contrario de lo que algunas personas
piensan, nuestros métodos de mercadeo a presión constituyen una de las presentes
causas de la Pobreza de las Naciones.
La Pobreza de las Naciones LA CUESTION ECONOMICA José Ferrer
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