martes, 15 de septiembre de 2015

Intervención


Andres Sanchez
Adam Smith hace referencia a la regulación de los precios en el mercado por si solo y que tiene mejor beneficio del que tuviera si el gobierno lo regulara; se oponen a las restricciones gubernamentales al libre comercio, utilizando la expresión de La mano invisible que es una metáfora que expresa en economía la capacidad autorregula dora del libre mercado según esto la mano invisible compensa las acciones y regula las conformaciones sociales.
Smith expresa su pensamiento en  La riqueza de las naciones, sosteniendo que la riqueza procede del trabajo. El libro fue esencialmente un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza, tema ya abordado por los mercantilistas y fisiócratas, pero sin el carácter científico de la obra de Smith. Este trabajo obtuvo para él el título de fundador de la economía porque fue el primer estudio completo y sistemático del tema.
La intervención del Estado en el sistema económico se ha dado prácticamente desde la aparición en cuanto a organización social máxima de éste. Ya en la antigua Grecia, los Imperios Romano y Bizantino tenían un Estado interventor, lo mismo en la Edad Media, etc., En un principio simples motivos políticos y militares llevaron a los gobiernos a participar en la producción (fábricas de armas por ejemplo) e intentar controlar las actividades comerciales. La época mercantilista se caracterizó precisamente por el excesivo intervencionismo estatal, denunciado posteriormente por los economistas clásicos.
 Las mayores paradojas de nuestro sistema económico, llamado capitalismo, es el esfuerzo que hacemos por vender las cosas. Parece que las gentes pudieran siempre comprarlas pero no sintieran las necesidades. Como si la verdadera tarea no fuera producir, sino consumir. En la presente etapa del desarrollo latinoamericano, es casi siempre innecesario fomentar el consumo, salvo con fines de educación o salud. Nuestros países están todavía en la situación económica histórica: siempre hubo más necesidades que disponibilidades.
Sin embargo, nuestro sistema de mercadeo fomenta más y más el gasto de las clases pudientes, consumidoras de las mercaderías caras. Ese gasto las induce a recetarse una proporción lo más alta posible del producto nacional. Como resultado, a los grupos débiles no les queda ni lo indispensable. Peor aún, fomentamos hasta el uso del tabaco, el alcohol y demás drogas estupefacientes. Al contrario de lo que algunas personas piensan, nuestros métodos de mercadeo a presión constituyen una de las presentes causas de la Pobreza de las Naciones.

La Pobreza de las Naciones LA CUESTION ECONOMICA José Ferrer

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